Fuerza y resistencia: Empoderamiento femenino

Por Francisca Reyes
La mañana del domingo 06 de noviembre, se efectuaba la corrida de una caja de compensación. Los veintiún grados a las 10:53 marcaban la llegada de la primera de las corredoras que cruzaba la meta en la categoría de mayor distancia, diez kilómetros.

Familias completas quisieron ser parte del evento. La premiación fue prolongada, por lo que muchos asistentes se retiraron. El clásico orden, categorías de menores distancias a mayores, primero mujeres, luego hombres. Los resultados más importantes siempre al final, incluso en las olimpiadas. Con frecuencia utilizan dicho orden ¿Será que solo es protocolo o es más importante la condecoración masculina?

Mujer y deporte:

La maternidad y el cuidado del hogar ha sido la principal obligación social y cultural impuesta. Fue recién en 1900 cuando se le abrieron las puertas a las mujeres, pero limitado, solo golf y tenis. Con el tiempo se fueron incorporando a otras disciplinas. En 1978 la UNESCO estableció al deporte como un Derecho Humano. Sin embargo, aún hay diferencia entre deportes para ellas y para ellos.

Los movimientos feministas en todo el mundo han acaparado la prensa mundial este último tiempo, lo que refleja fuertes convicciones por cambiar el sistema patriarcal en el que vivimos. Es cierto, hemos ganado terreno y ahora hay mujeres en trabajos que eran exclusivos para hombres, pero todavía no logramos controlar por completo nuestros cuerpos. En la infancia se potencia más la actividad física en hombres y en los medios muestran deportistas femeninas de élite que por su esfuerzo son reconocidas, pero en otras disciplinas son decorativas, la “chica sexy” que camina con el cartel o la que entrega el premio, lo que no favorece a la igualdad que se busca.

Cambios y nuevas prácticas:

Pese a las dificultades, las mujeres están generando instancias para participar de forma activa en diferentes aristas deportivas en la ciudad.  Este cambio ha sido progresivo y actualmente la costanera se llena de corredoras. Mujeres que a pesar de no estar en altos niveles competitivos, buscan bienestar y libertad. La situación se repite y no solo son las “runners” las que están pisando cada vez más fuerte, también se han sumado a deportes donde era impensado ver mujeres hace décadas; levantamiento de pesas, rugby, taekwondo, hockey y hasta a las nuevas tendencias de entrenamientos militares como el TRX y CrossFit.

Foto de: CrossFit Antofagasta
Foto de: CrossFit Antofagasta

Hay diversos box de CrossFit en la ciudad, CrossFit Antofagasta, Lickan Ckuru, Triskelion y Katari. Una joven que practica en el último mencionado, también es hockista y manifiesta que se ha enfrentado a críticas por parte de amigos y conocidos, pues, señalan que el cuerpo pierde feminidad en estas disciplinas. Sin embargo, ella insiste en que la sociedad ya está buscando una desigualdad en cuanto a género, por lo que los deportes no deben quedar exentos. Su pareja, también crossfitero, considera que por salud es positivo que las mujeres se sumen a estas prácticas, además agrega que estos prejuicios de los hombres surgen por el temor a perder protagonismo en dichos deportes. Por otra parte, TRX no solo se despliega por variados gimnasios locales y centros particulares como el Training Therapy Center de Antonino Toro, también se puede ver a otras aficionadas utilizando los árboles del parque Croacia o Brasil como soportes para sus arnés, transformándolo en una práctica al aire libre.

Muchas de estas mujeres, aficionadas o profesionales, desempeñan labores domésticas, crianza de hijos, otras estudian y/o trabajan, pero no descuidan esta área. Utilizan su cuerpo como la mejor herramienta para continuar con el empoderamiento femenino y es de esperar que cada día más mujeres se atrevan a tomar las mismas decisiones para que las condecoraciones femeninas sean igual de importantes, y hasta tal vez, poder invertir dicho “orden protocolar”.

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