Estudio de la UA revela metales pesados en Aguada La Chimba
Fotografía de: Copec
Por: Paula Corina Hernández Montoya
La iniciativa fue financiada por el Ministerio de Educación de Chile y busca convertirse en un insumo para avanzar en normativas para la protección de la biodiversidad ecológica.
Es un nuevo día y el sol aún no aparece en el humedal Aguada La Chimba cuando una gaviota garuma se posa en silencio en una de las únicas manchas verdes que posee Antofagasta. Los espacios verdes del humedal se entremezclan con lagunas poco profundas, donde el agua avanza entre pastizales que brotan entre las imponentes rocas dispersas, algunas con musgo y otras desnudas ante el sol. Un espacio que invita a las aves que emprenden largos viajes a descansar, alimentarse y acicalarse, pero también sirviendo como refugio para especies endémicas que se encuentran en estado de conservación vulnerable como el caracol de la Chimba, el lagarto corredor de Atacama y la araña tigre plateada.
La gaviota no lo sabe, pero se posa sobre un suelo que evidencia las consecuencias de una contaminación silenciosa, fruto de la industria que recuerda que el desarrollo tiene un alto costo para los ecosistemas naturales. Bajo su aparente serenidad y quietud cada gota y sedimento del humedal carga consigo metales pesados que envenenan la flora vascular, las algas, los invertebrados, los peces, reptiles, aves, insectos y mamíferos del lugar.
El suelo así lo demostró. La doctora en Química Analítica de la Universidad de Antofagasta (UA), Isabel Pizarro Veas, analizó en la Universidad Complutense de Madrid muestras extraídas del humedal La Chimba con el fin de determinar la contaminación del suelo. El resultado fue claro: se encontraron concentraciones de arsénico, plomo y mercurio a niveles de partes por millón, que degradan el suelo y afectan la salud de los organismos que dependen del bienestar de este ecosistema para su supervivencia.
Y es que, pese a que el humedal La Chimba fue declarado Santuario de la Naturaleza en diciembre de 2021, bajo el Decreto Supremo No40 del Ministerio del Medio Ambiente, el Estado no ha logrado garantizar su protección bajo las fiscalizaciones y el resguardo que debería efectuar el Ministerio y el Consejo de Monumentos Nacionales. La evidencia es clara: de las 33 especies de flora y 10 de fauna registradas, ninguna fue encontrada durante el estudio liderado por la UA. Un análisis que por lo demás es un precedente para estudiar todos los sitios de estas características a nivel nacional, como un primer paso que permita la creación de normativas que protejan y resguarden la biodiversidad de los ecosistemas chilenos.