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Critica: La enacción teatral de los Varela

Fotografía extraída de: El Mostrador.

Por: Paula Corina.

Como parte del espectáculo de inauguración del Festival de Ciencia Puerto de Ideas Antofagasta 2025, Francisco Albornoz presenta Varela & Varela: la psique del universo, una obra teatral que pretende hacer un homenaje al biólogo y filósofo chileno Francisco Varela García, quien fue reconocido por sus contribuciones a la neurociencia, las ciencias cognitivas y la filosofía enfocada en la mente humana. Su propia hija, la reconocida actriz Leonor Varela Palma, protagoniza la obra a través de una narración que promete recorrer la vida del científico a través de reflexiones personales y filosóficas, acompañándose de una puesta de escena de danza contemporánea a cargo de Rodrigo Chaverini, integrando la música en vivo de la intérprete en violoncello Ángela Acuña.

De partida la portada de la obra de teatro ya nos vislumbraba un poco la intención de la producción. Evidentemente más allá de desentrañar la vida y la filosofía del científico Francisco Varela, el propósito se centra en narrar la relación y la influencia que tuvo Francisco en la vida de Leonor, a tal punto que no queda claro si la obra se inclina más por las vivencias de Francisco que por las de Leonor. Lo que sí queda claro es la realización de una propuesta no convencional de lo que se conoce por teatro. Leonor realiza la lectura de un libreto que, si bien es profundo y cautivador, no refleja un esfuerzo actoral por la memorización o la dramatización tradicional teatral que suele cautivar y despertar admiración en la audiencia.

El guión podría decirse que es uno de los aspectos más contundentes de la obra, que bajo un toque poético y científico refleja una excelente configuración narrativa de un relato que se nutre de anécdotas que logran construirse en la mente del espectador, donde se pueden imaginar y casi palpar las emociones, logros, pérdidas y frustraciones de los Varela. Quizás eso es lo más decepcionante: el no poder visualizar el fértil relato en la tan esperada actuación en el escenario. A excepción de algunos fragmentos donde Leonor danza con la intención de unirse a la puesta en escena de Chaverini, que no deja muy claro si interpreta a Francisco Varela o si solo es una representación escénica que pretende, casi sin éxito, coordinar su danza con la lectura del guión. En este contexto, resulta vital el universo sonoro bajo la interpretación de violoncello de Acuña, que como un dispositivo emocional introduce y acompaña de forma impactante el relato, atrayendo la atención del público.

Se agradece la sobriedad del diseño de la escenografía, que se complementa de manera sutil con la proyección de palabras, que continuamente son acompañadas por un diseño de iluminación que se encarga de aportar emoción y atmósfera, bien sea con colores rojos, violetas o blancos, la iluminación se incorpora de manera cálida y acertada en el relato. La dirección de arte es pertinente: su vestuario, sus colores y transformaciones contienen sentido y reflejan decisiones planificadas, como respuesta al sello de una nueva propuesta teatral que, si bien es clara, no es quizás del todo acertada.

Obra de teatro Varela & Varela: la psique del universo.

Y es que una de las reflexiones e intenciones de la puesta en escena es brindarnos una visión renovada del mundo con un discurso crítico que busca situar el escenario no como un espacio de representación teatral, sino como un microscopio donde se amplifican los procesos íntimos de creación, filosofía y otros conceptos que logran generar gran empatía, como es el caso de la muerte, que marcó la vida de Leonor tras la pérdida prematura tanto de su padre como de su hijo de cinco años. Ese mismo concepto de enacción que desarrolló Francisco Varela, quizás se pretendía plasmar en la producción teatral, siguiendo la lógica que proponía el científico: la conciencia, no como un reflejo pasivo del mundo, sino como una participación activa en la construcción del mundo. En este sentido, quizás se quiso crear una intención actoral donde el fin no era la interpretación, sino la cocreación con el espectador, donde debían conjugarse de forma unificada el cuerpo de las personas del escenario y la mente del espectador que imaginaba el relato y que, se supone, viviría la emoción.

Aún así, sigue quedando corta la experiencia de Varela & Varela: la psique del universo, que pretendía unificar ciencia, teatro, música y movimiento. Sobre todo, considerando los robustos recursos técnicos con los que se contaba y la presencia de nombres tan consolidados como los Varela. Es aquí donde se puede analizar incluso la lógica de las propuestas artísticas que promueve el Festival de Ciencia Puerto de Ideas Antofagasta, donde BHP ofrece un financiamiento cultural que pretende ser genuino, disfrazándose de aliado del arte para crear la distracción perfecta respecto de los conflictos sociales y medioambientales que la misma compañía minera ocasiona, cobijándose cómodamente en los beneficios tributarios que percibe de la Ley de Donaciones Culturales.

Para BHP por supuesto que resulta rentable mandar a hacer a la medida una obra de teatro con una artista de tan alto renombre, que por sí sola se consolida como la publicidad perfecta para alardear de su responsabilidad social empresarial. Una lástima considerando la posibilidad de financiar a las compañías de teatro independientes y de carácter local que poseen menor visibilidad y presupuesto y con figuras, por qué no decirlo, como la actriz antofagastina Pamela Meneses, que sobresalen cada vez con más fuerza por su increíble talento y pasión bajo propuestas artísticas que logran conjugar lo arriesgado y lo conmovedor.