Recuerdos de hoy…

Por Thainá Rambaldo.

Thainá Rambaldo, estudiante de intercambio de periodismo.

 Cuando llegué a la ciudad de Antofagasta todo tenía un aire de nuevo, el sol, el mar, el desierto, me recordó que ya había imaginado haber vivido estas sensaciones en otros tiempos. Ahora, cuatro meses pasaron en mi querida Antofagasta, la famosa “Perla del Norte”, y yo ya extraño el atardecer, las noches bailando en Ovo y las empanadas.

Camino por las calles y ya siento como si estuviese en casa, como si hubiese encontrado mi lugar. Es raro, porque venir para acá nunca fue uno de mis objetivos. A propósito, nunca pensé en vivir en Chile y menos aún en Antofagasta.

Me recuerdo perfectamente de los primeros días, los sentimientos desordenados, no sabía muy bien lo que iba a sentir lejos de mi casa, en un sitio donde no conocía a nadie, solo me tenía a mí y a una compañera de Brasil, llamada Juny Hugen. Ella es estudiante de periodismo como yo, amante de las palabras, de las fotos y de las poesías. Ah, las poesías, como le encantan Juny, que pasa todos sus días en su cuarto con un notebook escribiendo incontables historias de nuestra experiencia.

Me recuerdo de la primera vez que la vi, usaba un vestido marrón y tenía una gran sonrisa. Estaba acompañada de los tíos de la otra niña que vive con nosotras, Catalinna. Fueron ellos quienes me recibieron en mi primer día en Antofagasta.  La sensación que sentía es hasta hoy indescriptible, miedo, felicidad, no sabía bien, y aun no sé exactamente lo que sentí cuando ingresé en mi cuarto y empecé a ordenar mis ropas.

Atardecer en Antofagasta. Foto: José Fco. Montecino.

Me senté en la cama y dije a Juny, “esto es muy distinto de lo que estoy acostumbrada, no sé cómo será los próximos días”. Y con la misma sonrisa que me recibió, la misma sonrisa de todos los días no importa la situación, me respondió que nos tendríamos una a otra y nos ayudaríamos hasta nuestro último día acá. Así es hasta hoy.

Cuatro meses pasaron, solo me quedan dos. Ahora más que nunca recuerdo todos los momentos que viví acá, todas las personas que conocí. No puedo imaginarme volviendo a Brasil y dejando todo atrás, una experiencia que empecé con recelo y ahora amo con todas mis fuerzas.”Me pregunto siempre cófmo encontré en esta ciudad, que tantas personas que son de acá nos les gusta, una belleza encantadora que voy llevar conmigo toda mi vida.”

En mi experiencia en Chile pude aprender el verdadero sentido de la frase “home is where the heart is”, que en español significa “hogar es donde el corazón está”. Hice acá mi hogar y conforme se pasan los días recuerdo de todos momentos que ya viví, los lugares y personas que conocí, recuerdos que ahora hacen parte de mí, personas que no importa la distancia siempre voy a amar.

La vida siempre está lista para sorprendernos, hasta cuando no tenemos la mínima idea de qué debemos hacer o para dónde ir. Lo que al principio parecía no ser un sueño que quería vivir, ahora es lo mejor, es donde mi corazón encuentra paz. Como diría el famoso poeta chileno, Pablo Neruda, “Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.”