Taltal: Pueblo Chico, Infierno Grande

Guido Rojas Olave

Taltal es una de las comunas más llamativas de la segunda región. Con unas playas encantadoras y gente amable, se destaca como, citando su nuevo eslogan: “Un horizonte nuevo por descubrir”. Hace unos años, el mensaje era: “Naturalmente atractiva”. Sin embargo, en estos tiempos poco y nada queda de eso. La corriente migratoria dentro del país y la nueva administración política han afectado a dicha comuna. El alcalde Sergio Orellana asumió el cargo envuelto en polémicas sociales que llevan más de 20 años, tales como las nuevas viviendas que se han convertido en campamentos. Las localidades de Paposo y Cifuncho siguen con problemas de suministro de luz y agua propio, en tanto que varios colegios y liceos siguen esperando desde hace años una remodelación para su vieja infraestructura.

Y así es como las calles donde la gente paseaba en familia se van despoblando, quedando sólo recuerdos de una plaza vacía en donde lloran los querubines, en aquel camino a Puntilla donde cada verano la gente solía caminar para venerar a la Virgen del Carmen. Veranos en donde la gente se enamoraba de la ciudad. Esa ciudad tan serena y pacífica ha sido ensuciada con casos como delincuencia y abuso sexual. Gente que no es propiamente autóctona, que llegó a la ciudad como un inmigrante más queriendo buscar fortuna en las pocas compañías de cobre de la zona.

Familias que solían dormir tranquilas. Que soñaban con algún día tener un colegio en una zona rural, en donde podían vivir del mar y en donde recibir turistas era como recibir a tu hermano en el living de la casa. Taltal promete mucho. Desde aquel incendio de la Iglesia San Francisco Javier, la gente pensaba que la comuna no podría levantarse de las cenizas, pero ellas mismas se equivocaron, la iglesia se reconstruyó, se remodeló la ciudad por completo. Caminar a la playa a pie pelado sigue siendo un ritual en todas las vacaciones, una puesta de sol que promete un futuro a esta ciudad que ha sido llenada de escándalos policiales. Cosas que no pasaban, mismo caso con la basura en las calles, con los perros vagos, con la drogadicción y la prostitución por parte de algunos inmigrantes. No es gran sorpresa ya que lo que discutimos pasa a ser un tema región en la prensa escrita.

La gestión municipal ha sabido distraer las peticiones de la gente. Cifuncho pasaría a un segundo plano, aquella playa que solía ser catalogada como la playa más linda de Chile, actualmente es sólo una atracción para la gente que vive allí mismo. Gente que vive de la pesca, changos tal como son, cazadores de tiburones, de la niebla, del destino. Personas que aman su tierra, personas desconocidas que por nada del mundo abandonan su lugar, Taltal y su gente quieren cambios instantáneos y no promesas que duren veinte o treinta años. El tiempo es ahora y hay que demostrarlo, no sólo en aquella comuna, sino en todas. Nuestra región debe de mostrarse limpia, no obstante, si en nuestro país no hay progreso, menos lo habrá en una ciudad tan distante como es el puerto mencionado.

El sol brillará con tiempos de cambios y esperanza, la gente se levantará con la misma sonrisa con la que solía recibirte, por ejemplo, en un almacén o en el hospital, servicio de “urgencia” en el cual ahora debes esperar horas para ser atendido, y en donde la atención es pésima a excepción de algunos profesionales que se desvelan cuidando a niños y abuelitos. Para qué hablar del monopolio de Tur-Bus, que años lleva estafando a la misma gente que le da su preferencia por la baja demanda de precios, en donde los mismos empleados no son capaces de mirarte a la cara. ¿Por qué una ciudad tan limpia ha perdido su identidad? Usualmente resulta molesto repetir el viejo dicho: “pueblo chico, infierno grande”.

3 thoughts on “Taltal: Pueblo Chico, Infierno Grande

  • 6 de Diciembre de 2016 at 8:52 am
    Permalink

    Llegué a “pie pelado” y me fui.

    Reply
  • 6 de Diciembre de 2016 at 9:23 am
    Permalink

    Interesante lo que señalas Guido
    Concuerdo contigo, algo si falto mencionar, que desde hace un tiempo a este., Taltal se acostumbró al pan y circo, y por cierto , elementos distractores que en su minuto no han dejado ver lo que realmente necesita la gente. Y tú lo señalas
    Basta de promesas. Los cambios son urgentes.

    Reply
  • 6 de Diciembre de 2016 at 1:14 pm
    Permalink

    Interesante perspectiva, ojalá que tanto el gobierno comunal como los habitantes se unan para hacer de Taltal un lugar tranquilo, de progreso, con menos contaminación y sobretodo con proyectos bien evaluados. Considero clave actualizar el plano regulador que en este siglo es una herramienta importantísima para la organización de la comuna.

    Reply

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *