Removiendo los archivos perdidos de Telenorte: Entrevista a Pedro Cisternas, “la voz del norte”

Por Constanza Carvajal.

Por estos días, se desenvuelve como director de contenidos o productor general en Antofagasta TV. Como dice él, en los medios regionales hay que “cantarlas y bailarlas”, y en ese sentido recuerda con cariño y expresa: “Estar en Antofagasta TV es como estar en mi Telenorte…”

Don Pedro es uno de los locutores y comunicadores más longevos de Antofagasta. Trabajó alrededor de 20 años en Telenorte, reconocido canal regional de la Universidad Católica del Norte, que se extendió a gran parte del país y fue uno de los primeros canales televisivos en Chile.

¿Cómo empezó a trabajar en Telenorte?

Cuando trabajé en minería, en Mantos Blancos, tenía dos grandes amigas que me dijeron “oye, sabes que en Telenorte están necesitando locutor”. Me presenté y no quedé. Después me llamaron, me dijeron “vimos su prueba de cámara y nos interesa”, regresé, y de ahí me quedé aproximadamente 20 años.

Partí leyendo noticias, que es una de las cosas que más me gusta hacer. Leí noticias muchos años, “Norte Noticias” se llamaba. En ese tiempo, nosotros teníamos un convenio con Canal 13 y ese contrato expiró. El gerente me llama y me dice “Pedro esta es la situación, o cerramos o nos ponemos a hacer más producciones regionales”. Era un canal regional ya, bueno y ahí nació Buenos Días Región, Bienvenido al Deporte, Póngale Nota al Deporte, programas especiales, etc.

La idea era que un canal tan sentido siguiera. Y tanto es así que, hasta el día de hoy, hay mucha gente que lo recuerda con mucho cariño y también nostalgia, porque vaya que con lo poco que nosotros teníamos, hacíamos bastante.

“Nortino de Corazón”, conducido por Félix Acori. Fuente: http://www.skyscrapercity.com

¿Me puede contar más sobre Telenorte?

Telenorte era la red más extensa del norte, nosotros estábamos en Arica, Iquique, Antofagasta, luego fuimos creciendo y bajamos la señal a la pampa salitrera, Copiapó y también llegamos a la cuarta región.

Fue un esfuerzo súper importante. A mí me hubiese encantado que también conversaras con Carvacho, Susana González, que son los antofagastinos que partieron esto, en el galpón de la Universidad del Norte, una universidad también muy joven, con bastantes carencias, pero en ese tiempo, esos jóvenes visionarios, con lo poquito le dieron vida, luego esto fue creciendo… Entenderá usted, que en ese tiempo la necesidad de comunicarse no era tan voraz como ahora.

¿Qué significó para la gente de Antofagasta la llegada de Telenorte?

Para la gente fue importante, sonaba la sirena de incendio y sabían perfectamente que nos tenían que sintonizar porque nosotros algo teníamos que decir.

La gente tomó Telenorte como una compañía, como un amigo en su living. Tenemos que reconocer algo, en ese tiempo no era como ahora, que tenemos muchos canales y si te vas Direct TV tienes cientos más, etc. En ese tiempo no llegaba el Canal 13 directo acá, no llegaba el canal nacional, llegaba de manera muy incipiente con esa antena que había que poner en el techo, por lo tanto, Telenorte era nuestro canal, y cuando digo nuestro digo como antofagastinos.

Cuando Canal 13 rompe todo esto en un evento muy especial y llega en directo a Antofagasta, ahí nosotros pensamos que eso nos podría dañar muchísimo. Pero así y todo, la gente entendió que, como digo yo, a mi poco me interesa saber lo que está pasando en la rotonda Kennedy, pero sí me interesa saber por qué está sonando la sirena, si se está quemando mi casa, quiero saber quién es el antofagastino que está sufriendo. Y realmente con la producción regional que nosotros hicimos, fíjate que nos fue bastante bien, fundamentalmente con el matinal.

El matinal local “Buenos Días Región”.

Dentro del tiempo que usted trabaja en este canal, suceden dos hitos importantes para la ciudad de Antofagasta…  La visita del Papa y el aluvión del 91’ ¿Cómo recuerda la cobertura mediática que tuvieron que hacer en aquellos momentos?

Lo que tú mencionas por lo menos para mí, es como la cara y el sello. Lo del Papa fue una situación apoteósica, con lo cristiano que es uno. Yo creo que fue uno de los trabajos más importante que realizamos, un despliegue técnico y humano,  de gran responsabilidad, ya que a nivel nacional fue un despliegue importante, liderado por Canal 13. Como canal tuvimos que tirar los monos no solo a todo Chile, sino que al mundo.

Era una visita muy importante, la situación política y social era complicada, y el Papa representaba de una u otra manera una gran ventana que tenían los disidentes como para poder plantear algunas necesidades, que eran muchas. Y lo otro importante era que la última ciudad que el Papa visitaba era precisamente Antofagasta y lo cubrimos entero, el hecho de estar tan cerca de él, fue realmente cautivante, de repente como que se emociona uno ah… porque fue muy bonito hacerlo, sobrecogedor. Fuimos parte de la historia, el Papa Juan Pablo ll marcó la historia, no solo en la Iglesia Católica sino que en todo lo que él representaba.

Respecto al aluvión…Si, estuve ahí. No me voy a olvidar nunca, fue un día lunes, nos levantamos en la mañana con un viento fuerte, inusual y muy tibio. No teníamos luz en el canal, pero con nuestra gente nos quedamos, porque a las 22 horas teníamos que salir con el “Bienvenido el deporte”, uno de los espacios deportivos regionales que cautivó a mucha gente. Yo me recuerdo que estaba ahí en mi calidad de productor general, de conductor, porque en ese tiempo en el canal había que cantarla y había que bailarla (se ríe)… Yo leía las noticias, hacíamos el matinal, el Bienvenido al Deporte. Porque necesitábamos hacer todo eso para seguir respirando.

Fue realmente impresionante, cuando intento abrir el portón de mi casa, por calle Uruguay era como una correa transportadora pero de agua, eran refrigeradores, palos, y todo, imposible salir. 

Centro de Antofagasta tras el aluvión de 1991.

Al otro día fue horrible, despertarse con un Antofagasta que daba la sensación que lo habían bombardeado. Empezamos con mucha dificultad a intentar echar a andar nuestro canal, que se llovía por todos lados, una casa muy antigua, en calle Carrera,  con muchísima dificultad salimos al aire como dos días después, porque técnicamente era muy complicado, no teníamos luz, en el cerro de los Morros se había caído la antena. Yo mientras tanto, en esos 3 días, estaba en la radio, pero se hizo toda una campaña solidaria muy bonita, donde venían caravanas de Arica, de Iquique, del sur, se necesitaba mucha agua, eso fue horrible, las carencias, los muertos, las historias, las condiciones en que quedaron poblaciones enteras, familias.

Me recuerdo la historia de esa niñita, que desde el Salar del Carmen fue encontrada frente a la CCU -donde está el Líder ahora- Imagine usted, desde el Salar del Carmen, esa niñita bajo en ese río de lodo y llegó hasta allí, pasó por calles, por casas, por los living de las casas y la encontraron viva. Fue una de las historias conmovedoras pero bonitas. Yo creo que dentro de la historia de Antofagasta ese ha sido uno de los episodios naturales más tristes y conmovedores.

¿Cómo fue enfrentar el cierre de Telenorte?

Cuando esto se volvió muy complicado, ya estaba todo listo para abrir Telenorte en la 5ta región y desgraciadamente hasta ahí nomás llegamos. Se enajenó todo el asunto, la universidad vendió, una situación tremendamente desagradable. Yo en ese tiempo era el presidente del sindicato de Telenorte, que teníamos que ver todo desde Arica hasta Santiago, porque teníamos oficinas comerciales en Santiago.

Esa fue una situación dolorosa, en donde yo creo que hay que tener un reconocimiento para don Carlos Oviedo Cavada, gran canciller de nuestra universidad, hizo lo humanamente posible para que el canal no muriera, y ya cuando no hubo nada más que hacer, nos dio la posibilidad de que esa muerte fuera mucho más digna.

¿En qué sentido?

En el sentido que… Es un tema largo y bastante complejo. Nosotros teníamos un rector delegado, y en ese tiempo el horno no estaba para bollos y la universidad le había cedido terrenos al ejército, habían colectividades políticas que estaban muy interesadas en tener un canal de televisión como el nuestro, porque del punto de vista legal era el último canal que tenía la oportunidad de extenderse a todo Chile. Por lo tanto, para cualquier persona o empresario era interesante tener una cobertura y un nombre posicionado. Y desgraciadamente, lo digo con conocimiento de causa, ni las autoridades universitarias, ni las autoridades políticas, ni la comunidad levantó un dedo como para poderlo salvar.

He escuchado que la mayoría de los archivos de Telenorte, se perdieron… ¿Qué me puede contar sobre eso?

El asunto de los archivos, fue algo tremendamente penoso. Yo recuerdo que en esa oportunidad -no me voy a jactar de eso- pero cuando yo fui presidente hicimos la primera huelga, donde la motivación principal no era aumento de sueldos, sino que lo que nosotros queríamos era que la universidad nos entregara herramientas para seguir respirando. Esto era que nos comprara baterías, cintas -en ese tiempo estaba el sistema U-matic- que nos comprara micrófonos, es decir, las herramientas básicas para que funcionáramos. Nosotros veíamos que la universidad no se preocupaba de eso, y cuando estábamos con Canal 13, Telenorte generó muchos recursos para la universidad, y ésta nunca dijo “bueno este % es para cintas, para baterías, etc.” Simplemente esas platas se fueron y la universidad nunca invirtió en nuestro canal. Y se fue muriendo,  nunca hubo un trozo de pan, nunca hubo un vaso de agua. Y fíjate por esas casualidades extrañas de la vida, la universidad ya era Católica del Norte, entonces era como para pensar, siendo Católica del Norte cómo no iban a poder hacer algo para conservar algo tan importante como un documento vivo de la identidad regional.

Como nos faltaba material, nosotros teníamos archivos que estaban en cintas clasificadas pero como no teníamos cintas porque técnicamente se empastaban (cuando se empastaban ya las cintas no servían) y como no teníamos recambio, empezábamos a usar las mismas, entonces ahí fuimos perdiendo muchos archivos, y eso para nosotros fue tremendamente doloroso, porque estábamos borrando con la mano izquierda la historia que ya teníamos clasificada, una historia que se perdió, una historia en imágenes de la convivencia, de lo social, de lo político, cultural de lo que ocurría no solamente acá sino que en la región completa.

Después se vendió lo poco y nada que quedaba -eso fue terrible, menos mal que no estaba- las fotos, los documentos gráficos, las cintas, se ven en el suelo, mojadas, pisoteadas, nadie se preocupó. Y otra vez insisto, nadie hizo absolutamente nada, reconozco que en ese tiempo no era fácil reclamar, pero nos dejaron morir, nos pisaron la manguera y no pudimos seguir respirando.

¿Cómo llega a Antofagasta TV?

Yo estaba trabajando en el servicio público cuando don Marcelo Mendizabal -que ya nos conocíamos porque yo seguía trabajando en una radio del consorcio- me llamó para trabajar como director de contenido, productor general… Acá también uno la canta y la baila, es como estar en mi Telenorte.

Como hombre de los medios regionales, ¿Cómo ve el avance y las proyecciones de la TV regional?

Quizás la permanencia mía en la tv, de más de 20 años, fue porque tú te tienes que creer el cuento pero no te puedes poner tonto. Ese cuento de la responsabilidad que tú tienes, de instruirte, de saber muchas cosas, porque la TV regional es eso. Hay que hacer preguntas inteligentes si quieres respuestas inteligentes. y no solo cuando preguntas, cuando contra-preguntas tú te das cuenta que estas dentro del tema, que lo conoces. Es como cuando yo leía las noticias, para leer las noticias tú tienes que entender lo que estás leyendo, si tú no sabes lo que estás leyendo, difícilmente vas a comunicar.

Yo creo que Antofagasta TV, es uno de los canales a nivel regional más potentes. La TV regional es una TV carente de muchas cosas, porque nadie le da la importancia que debiera tener y eso tiene que ver con un tema político. Yo pienso que sería bueno que de una vez por todas, ¡y que no se quede en un discurso!, se haga carne la descentralización.