Hector León Campillay, coordinador Pastoral UCN: “Lo que buscamos es que los jóvenes conozcan la trascendencia”

UPor Carlos Rendón.

Héctor León Campillay es químico de profesión, ex-alumno de la Universidad Católica del Norte y miembro activo de la pastoral de la misma casa de estudios desde hace más de una década. Comenzó siendo un alumno pastoralista, como muchos jóvenes que actualmente dedican parte de su tiempo a ser voluntarios, y hoy se desempeña en el cargo de Coordinador de Pastoral en el área de Vida y Fé, donde trabaja principalmente con estudiantes, académicos y personal de apoyo para traer a la universidad los valores del catolicismo.

Primero que nada, Vida y Fe, ¿en qué se diferencia de los otros ejes que tiene pastoral? 

A ver, Vida y Fe es un conjunto de, podríamos decir, creencias. Tiene por objetivo hacer entender a la persona de que existe algo trascendente, de que no todo es inmanente. Para nosotros, el mundo cristiano, esa trascendencia es Dios. Principalmente lo que buscamos es que el joven, el adulto, o quienes trabajan con nosotros o eventualmente van a trabajar con nosotros conozcan esa realidad trascendente. Que la pueden descubrir a través de las innumerables actividades que realizamos, como son las jornadas de reflexión, jornadas de oración, talleres de formación humano espiritual a través de retiros, ejercicios espirituales, celebración de la eucaristía, en fin. Promover la calidad de vida, el tema formativo en cuanto a lo que es el hombre y Dios. Entonces, podríamos decir que el área de Vida y Fé es el corazón de Pastoral, donde se centra todo aquello relacionado con la fe y la creencia, en lo trascendente.

Y tú, ¿cómo fue que tú llegaste a pastoral?

Mi caso es una historia particular. Yo soy ex alumno de esta universidad, ingresé el año 2006 a la carrera de Licenciatura en Química. En ese tiempo, el entorno no promovía lo que es la búsqueda de la trascendencia, y por lo mismo estaba muy presente lo empírico, lo científico. Yo no conocía la pastoral, no sabia lo que hacían, y recién el 2008, por las casualidades de la vida, ingreso para realizar el sacramento de la confirmación. En ese entonces yo tuve un buen catequista, Manuel Araya, y él me mostró esta iglesia, este caminar a la trascendencia de una manera particular. Reconociendo a Cristo en mi entorno, reconociendo a Cristo en el que sufre, reconociendo a Cristo en el que triunfa, en el que ama, entonces me impregné de eso, me gustó tanto que después poco a  poco me fui incorporando a las actividades de pastoral.

Recuerdo que la primera invitación que me hicieron fue a trabajar en un área que se llamaba de voluntariado, el equivalente del área de Vocación Vocial ahora, y me invitaron a hacer un trabajo muy particular. Era un trabajo de enseñar en una villa, Villa Esperanza, en el sector norte. A mi siempre me ha gustado enseñar, así que con otro grupo de jóvenes realizábamos reforzamiento escolar los días sábado en la mañana. Ese era un lugar de encuentro y yo paralelamente me estaba formando.

¿Y después? ¿Cómo llegaste a donde estás ahora?

Avanzando en el tiempo, fui incorporando responsabilidades, ya no era voluntario, sino que asumí como Coordinador de distintas áreas. Tuve la fortuna de pasar por todas las áreas en ese entonces, ya sea voluntariado, misiones, liturgia, catequista, coordinador general. Y fíjate que en eso yo egreso, termino mis estudios y salgo a la empresa a trabajar. Pero siempre de una u otra forma estuve vinculado a la pastoral a través de los expastoralistas. 

¿Expastoralistas?

Sí, somos quienes queremos a la pastoral pero de alguna manera estamos ya en “otro rol”. La idea era colaborar desde ese rol a la pastoral, ya como profesionales. Hay una necesidad de generar lazos con quienes fueron pastoralistas, especialmente ahora que Pastoral el próximo año cumple 20 años.

El caso es que yo el año pasado llevaba un trabajo en otra ciudad y me entero de que hay una vacante en Pastoral, aunque no me llamó la atención, simplemente me fui. Pero tuve la oportunidad de que me llamaran y me dijeran que postulara. Yo estaba en otras latitudes, trabajando en la 3ra región, y dije que iba a postular “por si acaso”. Entonces me llama mi jefa, Erika, y me dice “oye, hubieron 3 postulantes, de los 3 eres el que tiene más puntos a favor, además de que ya fuiste pastoralista”. Desde que me habló pasó una semana y me ofrecieron oficialmente el cargo. Ahí viajo de nuevo acá, me interiorizo, y ahí mi jefa me dijo algo muy bonito, “desde que llegaste, no hubo necesidad de explicarte nada, porque tú ya tenías la consciencia de lo que había que hacer”.

¿Empezaste enseguida en el cargo?

Sí, la primer actividad donde yo estuve fue una ida a Caleta Constitución, en un trabajo de voluntariado. Entonces en esa oportunidad, me acuerdo que fue un 05 de agosto, fuimos e chicimos un día recreativo a los chicos, y me quedé con una buena sensación. Ahora ya pasé el año en el cargo y cada vez voy asumiendo más roles. Ahora no sólo trabajo con jóvenes, también con funcionarios, académicos, hay que organizar mucho, coordinar y ejecutar mucho. Hay que promover la formación hacia fuera, vincularnos con el entorno, no sólo la UCN, sino hacia las periferias. El vínculo con el arzobispado de Antofagasta, la diócesis de Antofagasta. El rol con los distintos campamentos, cuando se hacen actividades. La pastoral está constantemente interviniendo, y es un equipo que, si bien somos 5, hacemos la pega de 10. Es un trabajo de hormiga, muy potente.

Podríamos decir entonces que has estado por lo menos unos 10 años relacionado a pastoral. En base a eso, ¿cómo has visto su evolución?

Fíjate tu que cuando yo entré a pastoral, era un departamento nomás, una pastoral como de colegio. Partió así. Quienes han estado desde el principio son Erika Tello y Felisa Jopia, pero todo el equipo que se ha ido incorporando ahora es un equipo joven y profesional. Eso le da un plus. Como te comentaba, la pastoral parte siendo una simple oficina, a lo mejor ni siquiera tenía un espacio físico, y después pasa a tener este espacio un poquito más amplio, donde se le han hecho una serie de mejoras en infraestructura. En ese tiempo quien iba a pensar que nosotros como pastoral fuéramos la 2da que hace publicaciones de libros a nivel nacional. Sólo lo hacemos nosotros y la PUC. Por eso tenemos que sentirnos orgullosos. Y cada año es un sumar, un crecimiento. Por ejemplo nosotros anteriormente teníamos como directores a sacerdotes, pero después, con la iniciativa de nuestro anterior arzopispo Juán Pablo Lizama, ahora el director puede ser un laico, lo que permitió que aumentara la contratación de profesionales. Tenemos un periodista, una trabajadora social, etc. Antes dependíamos sólo del alero de jóvenes voluntarios y de Erika como directora ejecutiva.

Hoy en día, como expastoralista y funcionario, totalmente la pastoral ha ido creciendo y se ha hecho notar. La marca pastoral UCN ha trascendido a otras latitudes, nos han invitado a distintas situaciones y eventos, por lo cual se está validando. Aparecemos en la televisión, en el diario, y mi finalidad es que el área Vida y Fe trascienda y que cada vez más personas busquen el sentido de su vida. No sólo esta vida, sino que busquen la vida futura. Y eso tiene que ver con esta palabra que subrayo: La trascendencia.  Algunos dirán, ¿para qué sirve este norte que buscan? Bueno, para el fin último del ser humano: Ser feliz al alero de un ser superior. Para el mundo cristiano es Dios, Cristo, para otras creencias religiosas tendrá otras denominaciones, pero todas ellas giran entorno a la trascendencia, en que hay algo más en esta vida.

¿Qué pasa con los pastoralistas que no son cristianos? Antes la mayoría de los pastoralista eran de una misma creencia, pero con el paso del tiempo eso se ha diluido y muchos que participan en pastoral no creen. Especialmente en tu área de Vida y Fé, cómo abordan eso.

Interesante tu pregunta. Fíjate que estamos en una sociedad donde las instituciones han perdido validez, y nuestra iglesia no ha sido la excepción. Eso está más que claro y nos ha afectado. Primero en el número de personas que participan, que son menos, por la perdida de credibilidad que la misma sociedad se ha encargado de generar, pues siempre muestra lo negativo. Nadie está mostrando aquellos misioneros que arriesgan la vida por difundir a Cristo en las periferias y lugares vulnerables. Se muestra el cura pedófilo, la religiosa que maltrata a los niños, eso es lo que vende. Yo me hago responsable de eso, porque efectivamente ocurre, pero el problema es cuando se genera una promoción en contra del que es creyente, sea de la denominación que sea (cristiano, musulmán, judío, etc).

Por suerte, el que no es creyente con nosotros tiende a ser respetuoso, porque tienen claro lo que ellos quieren. Además, nosotros como pastoral no hacemos proselitismo, sino que actuamos por atracción, “yo te invito, yo te acojo”. No hacemos propaganda ni obligamos a entrar, aquí somos seres libres. El precio alto que estamos pagando es que esta dilución que mencionas genera que haya creyentes, que creen en un Dios, pero no en la institución. Y eso es una mala señal para una sociedad cada vez más secular, es decir, más alejada de lo religioso, lo sagrado. Uno lo ve en ataques como el del santuario de la Candelaria donde atacaron una figura de Cristo, lo desmontaron y quitaron los brazos, eso es un atentado a la libertad de religión y a la sensibilidad de los católicos. Eso como sociedad llama la atención, pues piden que seamos tolerantes, pero la iglesia católica nunca ha impuesto, sino que actuamos por atracción como te dije. Uno muestra un Cristo alegre, un Cristo que en su momento también corrigió, pero corrigió por la fe, y muchas veces eso nos cuesta, por miedo a que te rechacen o que te digan que estás creyendo en cosas muy arcaicas, que hoy en día se diluyen en esta sociedad más materialista. Estamos dando la pelea, pero no pelea en sentido de rechazo, sino de acoger. Y acá tu lo puedes ver, acá tenemos chicos creyentes, chicos protestantes, y es interesante porque puedes compartir o tener discrepancia en ciertos puntos.

La revista Tierra Nueva lleva más de una década publicándose a través de la pastoral UCN.

Me imagino que se genera debate

Fíjate que eso es absolutamente bueno, para mí seria aburrido que todos pensaran igual que yo. Tiene que haber una discrepancia en debates y entornos que promovemos. Por eso tenemos distintas áreas.

¿Cuántas personas asisten a estos talleres y actividades que hace pastoral?

Mira, nosotros tenemos un número determinado de estudiantes, unos 50 promedio, que pueden ser más según qué actividad. Por ejemplo en la eucaristía participan más personas. Los jóvenes principalmente participan en actividades como las misiones, el tema formativo en cuanto a la recepción de sacramentos, el coro, donde el joven va desarrollando sus talentos, pero va promoviendo la comunión. Nos unimos al otro a través de algo que nos gusta.

Respecto a los alumnos de la UCN, ¿cómo crees que ellos actualmente están viendo a la pastoral? Me hablaste de 50, que es un número bastante bajo en relación a la cantidad total del alumnado. ¿Han pensado cómo atraer a más personas? 

Hay una mala concepción de lo que es verdaderamente pastoral. Si tú observas el frontis de la pastoral, hay una propaganda que dice “¿sólo rezar?” en forma de pregunta. Esa pregunta es la respuesta a lo que muchos piensan, no sólo el estudiante, también el académico o el funcionario, que piensa que nosotros acá estamos todo el santo día rezando. Pero la pastoral te enseña muchas otras instancias de formación personal, donde tú recibes herramientas para tu futuro. La universidad te provee los conocimientos mínimos, lo técnico, pero lo que son las  habilidades blandas puedes aprenderlas aquí.

Como te dije, el mundo de hoy yo creo que está convulsionado, en guerra, con la gente basando su confianza en lo tangible.  Por eso el que es creyente tiene que tener su confianza en algo superior. Hoy en día el joven estudiante universitario de la UCN si bien sabe que está ingresando a una universidad católica, no se encuentra con muchas cosas católicas, por eso aquí les damos la opción de desarrollar esa área. Muchos hablan que esta universidad debería ser solamente “Universidad del Norte” como en un comienzo, pero es perder un poco la esencia. Por algo la comunidad misma fue la que pidió que fuera católica, y ojo que católica viene de universal, o sea, acá la universalidad se presenta en la pluralidad de credos, de sentidos, de querer y tener consciencia de que lo que estoy haciendo ahora va a tener una consecuencia después.

El ser humano es una unidad de cuerpo, mente y espíritu, nosotros desarrollamos mucho la mente y el cuerpo, pero dejamos al espíritu relegado. Acá les damos una alternativa para que también desarrollen el área espiritual. Nosotros la mostramos, y si te es atractiva, tú la vas a aceptar, y si no, buscarás otra cosa. Entonces esta búsqueda de la trascendencia, de lo que está más allá de este mundo, es parte de la formación de la universidad. Y yo creo que es bueno que los jóvenes lo vayan conociendo. Nosotros siempre estamos buscando espacios para que los jóvenes se reúnan, fíjate nomás en este lugar, es una verdadera casa donde tú no tienes que ser pastoralista para ocupar acá. Muchos jóvenes llegan con un amigo que no conoce y descubren un espacio donde hay cafetería, salones de reunión, siempre pensando en mejorar las condiciones del joven. Si te fijas la universidad está creciendo y nosotros no podemos ser menos. Nosotros estamos justo al medio de ella y tenemos que seguir buscando estrategias para mostrarnos.

Las instalaciones de pastoral son amplias, cómodas y completamente abiertas al estudiantado.

¿Qué proyectos tienen a futuro como pastoral?

En cuanto a infraestructura no tenemos contemplado crecer a corto mediado plazo, pero sí mejorar las instalaciones que tenemos. Hay una pérgola que nos gustaría que también los jóvenes la intervinieran desde la creatividad. Tenemos un salón recién remodelado para que se sientan cómodos. Acá también se ha prestado para que los chicos vengan a ver los partidos de fútbol, tratamos de estar en sintonía con los jóvenes. Estamos también generando alianzas con otros departamentos y carreras de la universidad, con la escuela de educación, arquitectura, con teología, de a poquito generando redes. Nuestra idea también es trabajar con la diócesis de Antofagasta, con los jóvenes  diocesana. Insertarnos en las parroquias, promovernos en colegios. Y de a poco ir creciendo, siempre abiertos a las propuestas.

También estamos constantemente apoyamos los proyectos de los jóvenes. A veces llegan con muy buenas ideas y nosotros los apoyamos, a lo mejor no al 100%, pero sí en asesoría, facilitarles espacios, apoyarlos moralmente, que a veces pareciera que eso no tiene valor pero es fundamental, ya que si un chico tiene una muy buena idea y lo tiras para abajo, lo matas. De a poco también nos vinculamos con académicos a través de publicaciones, voluntariados centrados en anunciar a Cristo, mostrarlo como ideal supremo. Nuestra idea es llegar a todos los rincones. Esta es una comunidad, donde existe una común-unidad que busca romper el individualismo en pos de un proyecto que nos beneficia como sociedad.

Tú, como expastoralista y actual trabajador, ¿sientes que cambiaste tu vida a través de pastoral?

Yo amo mucho a esta universidad, y que me hayan dado la oportunidad de poder volver como funcionario, es de alguna manera devolverle la mano. Y devolverle la mano también a una institución más chiquitita que está dentro, que es la pastoral. Por todo lo que me entregó, porque de alguna manera lo que soy yo ahora como persona, no como profesional, viene de ahí. Lo que siempre subrayo, pastoral me enseñó la trascendencia, cómo yo puedo vincularme con el ser superior, con Dios, también a conocerme a mi mismo, desarrollar mis habilidades. Poder hacer uso de mis talentos y dones, y eso obviamente uno lo va desarrollando en el tiempo. Y que puedas desarrollarlo en un entorno que ya conoces, fíjate que es muy gratificante.

Héctor, cerrar me gustaría que invitaras a las personas que leerán esta entrevista a que conozcan pastoral.

Mira, yo lo único que le puedo decir a los chiquillos, es que dejen los prejuicios. La mejor forma de eliminar los prejuicios es conociendo la realidad. Yo no puedo opinar de algo que no conozco. Para muchos es más fácil opinar si no se conoce. Acá nosotros no obligamos a nadie, han llegado chiquillos a veces preguntando por una sala y terminan quedándose. A veces llegan dos chiquillos y se incorpora uno. A veces llegan chicos acompañando a otros por algo puntual y se quedan participando. Entonces la invitación es a que se permitan conocer la pastoral, porque la pastoral es de ustedes, los estudiantes, y aunque no dejamos fuera a los otros estamentos, nosotros funcionamos gracias a los jóvenes. Ese es nuestro espíritu, nuestra intención principal, este espacio está hecho para todos. Somos una comunidad donde tiene que primar justamente eso, la unidad.